Quienes somos

Mis primeros recuerdos musicales se remontan a mi infancia, prácticamente desde que tengo conciencia de que existo, aunque según mis padres, ya nací cantando. Y, además, ya marcaba mi tendencia hacia la verbena pues, por lo visto, todas las noches había actuación.
Tan hartos estaban de mis canciones que untaban el chupete con azúcar y, así, me callaba un ratito pero yo insistía e insistía y llegó un momento en que ni siquiera encendían la luz para darme el chupete de manera que, cuando amanecía, tenía la cara llena de azúcar.
Esta historia se repetía noche tras noche y mis padres estaban desesperados. Mi abuela les dio la solución: “Os ha nacido un niño muy hermoso -el susodicho pesó cinco kilos y entonces eso era señal de sanidad y de belleza- y os lo tienen embrujado. Tenéis que ir a buscar los escritos a las monjas”.
Y allá fue mi padre, a buscar los “escritos”. El mencionado amuleto no surtió ningún efecto hasta que intervino el médico y descubrió que el alimento materno no era suficiente para nutrirme adecuadamente. El médico –quien, por cierto, se llamaba Don Agustín- le dijo a mi padre: “Tú, que eres tratante, lo tienes muy fácil. Compra una vaca de leche y problema solucionado”. A partir de entonces, mis padres recuperaron la normalidad nocturna.
Esto lo he contado muchas veces en los escenarios y, aunque parezca un monólogo del  Club de la Comedia, es absolutamente real.
Mi primera actuación musical se remonta al año 1959. Había un programa por aquel entonces en COPE Benavente parecido a lo que hoy es en la televisión ‘Menudas Estrellas’. Todavía conservo el carné que me hicieron para tal ocasión. Posteriormente, ya en la escuela, recuerdo haber participado en todos los eventos en los que hubiera que cantar y bailar y también en representaciones teatrales, que se  llevaban mucho por entonces.
Casi no sabía leer y el cura, que era vecino nuestro, decidió que fuera monaguillo. Todas las noches iba a su casa para aprender el “cartón”, llamado así porque era una hoja de   cartón donde venían las respuestas en latín a lo que decía el cura en la misa. Como él conocía mis dotes como cantante, de vez en cuando me mandaba que cantara en la misa; de modo que me ponía un librote lleno de latinajos encima del facistol y yo cantaba sin saber lo que decía. Yo creo que al cura le divertía ver a un mocoso atreverse a cantar delante de la gente y además hacerlo en latín( bueno, latín era lo que estaba escrito en el libro, lo que yo decía vete a saber lo que era). El caso es que, cada día que cantaba, me daba un duro. Dado que cuando ayudaba a misa me daba una peseta, empecé a descubrir que podía sacarle partido a mis cualidades.
Por aquella época descubrí otra fuente de ingresos. Mis abuelos paternos tenían la tienda del pueblo y además mi abuelo era carnicero; si a esto añadimos que mis abuelos tuvieron 12 hijos, de los que vivían 9, comprenderéis que aquello era una fiesta a diario. Cualquier negociante que llegara al pueblo, obligatoriamente pasaba por casa de mi abuelo y por la época de la caza todos los años venían asturianos a cazar en el pueblo. Un día, cuando estaban comiendo, mi abuelo me pidió que les cantara una canción. Yo, que nunca he tenido vergüenza de cantar en público, les canté, no recuerdo que canción, pero seguro que era alguna de Manolo Escobar, que por entonces era mi ídolo. El resultado fue que alguno de ellos me dio cinco duros.
En 1966, con once años, empezó mi andadura con los frailes Mercedarios Descalzos en Otero de Sanabria. Como tantos otros niños, en aquella época era la única posibilidad que teníamos de acceder a la educación.
Guardo una frustración de aquella época: No me incluyeron en el coro y nunca me he explicado por qué. Pasados cuatro años en el colegio de Otero de Sanabria, continué haciendo el noviciado en Toro. Era el año 1970 y, después de mucho insistir, conseguí que mi padre me comprara una guitarra. Recuerdo perfectamente que costó 1.000 pesetas y que tenía una pequeña raja en el mástil y, como no sabía solfeo, aprendí lo poco que sé con un método cifrado. Las horas que eché con aquella guitarra, sólo lo sabemos ella y yo.
Otro trauma que guardo de mi estancia en los frailes fue no haber podido aprender a tocar el piano. Todos los años escogían a dos alumnos para empezar el aprendizaje del piano pero, por lo visto, pensaban que yo no tenía porvenir como fraile, de modo que no me propusieron. Mas adelante, cuando ya no había profesor de piano, intenté la aventura por mi cuenta pero ya me quedaba poco tiempo de estar allí y todo se quedó en el intento.
Una vez terminada mi aventura religiosa, pasaron bastantes años hasta que me metí en el mundo de las verbenas. Empecé actuando en bodas con Franganillo y compañía. En la compañía había una persona muy especial. Es el mejor teclista que nunca he conocido y, además, una excelente persona: Cristian.
Posteriormente, por circunstancias  que no vienen al caso, pasé a formar parte del grupo TENTACION que, más tarde, se convirtió en MILENIUM. Con ellos estuve ocho años hasta que decidí dejarlo debido a los largos desplazamientos que hacíamos. Pero, para entonces, el gusanillo del escenario ya se había apoderado de mí y, después de un año sabático, conocí a otra persona que me acompañó en la nueva aventura.
Esta persona se llama Juanma López de Saá. Él llevaba los deportes en la Cadena Ser y yo dirigía por aquel entonces la Liga de los Valles. Un día quedamos en mi casa para conocernos y ahí comenzó la gestación de DIVERTIMENTO. Yo tenía un teclado, él empezó a tocarlo y se me ocurrió hacerle la proposición. Reconozco que me costó convencerlo pero, al cabo de poco tiempo, empezamos a funcionar.
La idea era actuar en bodas y cositas de poca monta pero las cosas fueron progresando mejor de lo que esperábamos y, en dos años, lo que empezó en bromas comenzó  a ser algo serio. Nos encontramos con el problema de que su trabajo no le dejaba tiempo para cumplir con las nuevas necesidades del grupo, de manera que tuve que buscarme otro teclista. Hay que hacer honor a Juanma y reconocer que gran parte del éxito actual de DIVERTIMENTO se le debe a él. Y también tengo que hacer mención de Enrique, quien estuvo con nosotros durante dos años y que, durante ese tiempo, aportó su granito de arena en el progreso del grupo.
A partir de aquí, una cosa fue trayendo a la otra y se fue ampliando el grupo, aunque siempre ha habido dos personas que han permanecido fieles desde que se incorporaron. La primera de ellas fue Rosa. Debutó en Divertimento cuando todavía éramos un trío y esto sucedió el día 3 de enero de 2003. Además de una voz impresionante, tiene unas cualidades para la música que, afortunadamente, ahora está desarrollando y se ha convertido en un elemento imprescindible en el grupo.
El siguiente en incorporarse fue Julián, descendiente de una saga importante de músicos. Un batería de una calidad fuera de lo común y que, en el tipo de música que nosotros hacemos, hay muy pocos que lo igualen. Otro de los componentes actuales del grupo es David, un guitarrista intuitivo de mucho nivel y reconvertido, por necesidades laborales, en bajista. Y, por último, tenemos a Eva, nuestra teclista. Está la pobre un poco agobiada porque está estudiando en Salamanca y a veces tiene que andar a la carrera. Es la niña del grupo.
No puedo olvidar a Luismi Franganillo, un músico completo, que lo mismo toca el teclado y el bajo que la tuba o la batería, aunque esto último es lo que realmente le gusta. También estuvo un año con nosotros el Gran Joe, que fue teclista de la malograda Cecilia. Ese mismo año nos acompañó como bajista Antonio Reyes, un músico  de primer nivel y una persona muy competente y absolutamente responsable.
Además ha habido otros músicos que, de manera esporádica, nos han acompañado. Uno de ellos es Elsa, mi profesora de piano, otro es Angel, mi profesor de trompeta. Angel y David ya me acompañaron en el grupo Tentación. Alguna vez, sustituyendo a Julián por diversos motivos, también ha estado con nosotros Miguel. Quiero hacer mención también de otro batería que nos acompañó durante tres días. Se llama Javi Morgado y tuvo que reconvertirse durante esos tres días de la música pop y rock a la que estaba acostumbrado acompañando a artistas de nivel nacional a los ritmos de baile de nuestro repertorio. En el año 2010 nos acompañó como bajista Paco Cano de Segovia que se adaptó rápidamente al repertorio del grupo, a pesar de disponer de muy poquito tiempo. Muchas gracias Paco, desde aquí te envío un saludo. Quiero hacer público desde aquí a todos ellos mi agradecimiento por su colaboración.
En este mundo de la música ( me imagino que como en todas las demás actividades de la vida) no es fácil mantener siempre los mismos componentes, sobre todo porque se trata de una actividad en la que las actuaciones al cabo del año son limitadas y es prácticamente imposible que un músico viva exclusivamente de esto. Actualmente, únicamente Rosa es la que continua de una manera ininterrumpida desde el día que empezó y se ha convertido en una componente imprescindible en DIVERTIMENTO.
El año pasado (2011) nos dejó Julián un histórico del grupo por motivos laborales. Lo sustituyo Cristian,un bateria leonés con el que pasamos un verano maravilloso. Este mismo año se sumó al grupo como bajista-guitarrista Victor, un chaval muy joven, pero con mucha ilusión y muy capacitado para la música. Otra de las nuevas adquisiciones es RUTH (aquí hay que hacer incapié "con hache"). Con Ruth hay una historia bonita. Hace años, cuando yo estaba con MILENIUM, ella tenía aproximadamente 12 años,todos lo años tocabamos en la Verbena del barrio del Carmen en Benavente y siempre subía a bailar una sevillana conmigo. Ya se le notaba el arte y el desparpajo en el escenario. En los primeros años de DIVERTIMENTO me informé por una amiga común de que también cantaba bien, de modo que me dirigí a su madre para decirle si quería venirse con nosotros. El caso es que aquello no cuajó porque, según me he enterado después su madre, con muy buen criterio, consideró que con 16 años no debía entrar en este mundillo. Pero el destino me la tenía reservada y me la ha traido más madura a pesar de su corta edad y más preparada. La verdad es que desde que está con nosostros nos ha infuido a todos de una manera muy positiva. Y por fín estamos preparando este año para la batería a un joven de 15 años que se llama Hector y que es la ilusión personificada
Mi pasión por la música es tan grande que me siento un afortunado por poder seguir aprendiendo. En mis comienzos fui absolutamente autodidacta, ahora tengo la suerte de tener dos profesores extraordinarios a los que he mencionado anteriormente: Elsa para el piano y Angel para la trompeta y como además son amigos míos tengo la suerte de que me aguantan con mucha paciencia. Además toco también el saxofón y aunque no soy experto en ninguno,  puedo aseguraros que me divierto mucho en el intento de aprender a tocarlos. Recuerdo un comentario de Javi al que mencioné anteriormente, que decía que no es conveniente ser perfecto, porque tienes que esforzarte tanto, que no te deja tiempo para hacer amigos y para divertirte. Está muy bien aspirar a la perfección, pero como es imposible conseguirla, no hay que deprimirse por ello. La solución es reírse uno de sus errores.
Hasta aquí mi biografía musical. Ahora quiero exponer las características del GRUPO DIVERTIMENTO. Los componentes actuales son: Hector a la batería. Victor al bajo. Rosa Voz femenina y teclas,J. Luis Voz masculina, guitarra, saxo y trompeta, David Canseco guitarra y voz  y Ruth como cantante femenina. Hacemos música de baile principalmente, pero últimamente también hemos preparado un pase orientado a los más jóvenes,. Partimos de la base de que nos encanta lo que hacemos y nuestra fuerza está en mezclarnos con el público y hacernos uno con él, si lo conseguimos o no espero que los que leáis esto, entréis en nuestro foro y lo comentéis. De lo que si podéis estar seguros es que lo hacemos con todo el cariño.